Caminando por el pasillo de un hotel, de éstos largos, interminables, a lo "El Resplandor" o casi más a lo "Barton Fink", pero en moderno, minimalista; casi desolador.
Tiene una peculiaridad, las paredes de uno de sus flancos son de cristal para dejar pasar la luz del día que proviene de un patio moderno, minimalista; casi anodino.
A medida que avanzo por este pasillo, un pequeño clic me acompaña, prácticamente a tempo con mis pasos, cada 7 u 8 segundos aproximadamente, sutil, insistente; casi perfecto.
Es el clic que me detecta y debería hacer que se abran las luces del pasillo. Pero no lo hacen. Ante mi desconocimiento del universo técnico de los hoteles modernos, minimalistas; casi aburridos,
urdo una teoría:
Debe haber un doble mecanismo de detección. El que sigue mis pasos por el pasillo se activa igual, eso está claro. Pero debe ser esclavo de un segundo mecanismo que detecta que le entra la luz del día por la pared acristalada, sobria; casi impoluta.
Este segundo mecanismo bloquea al primero. Digo yo que debería ser más fácil anular el primer mecanismo durante las horas de luz solar pero, qué sé yo, por algo será. Ya digo que desconozco el universo técnico de los hoteles modernos, minimalistas; casi absurdos.
Clic, clic, clic...
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